Hemos recibido a través de Facebook la siguiente carta de Sol Duque Puig:
Carta al director (de todos los periódicos) por mi misma.
Nunca voy al centro en Semana Santa porque todo son obstáculos, gente
que van muy perdida mirando al infinito, la cera en el suelo, los palcos
desmontados esperando a que recoloquen ...sus
sillas... Esa zona, para los que vemos el mundo "sentados" puede llegar
a ser bastante estresante. Pero cuál fue mi sorpresa, que el otro día
por la mañana, me quise aventurar a dar un paseo por la zona de La
Campana, y de repente me vi que la circulación sí que estaba abierta a
los coches y me quise montar en la acera para dejar paso sin molestar, y
me doy cuenta que las subidas que tan bien conozco de todo el año, las
han tapado con asfalto para no perder el hueco a 2 o 3 sillas de
maderas. Desde entonces no dejo de darle vueltas a la cabeza ¿es más
importante de verdad que ahí se puedan poner un par de sillas para ver
unas procesiones que duran 5 horas, a que una persona discapacitada en
silla de ruedas pueda pasear durante el resto del día por encima de las
aceras como cualquier persona normal?? Además del dinero que eso
supondrá, ¿no se les caerá la cara de vergüenza después de lo que nos
está costando conseguir una Sevilla "accesible y adaptada", el quitar
las rampas de las aceras para dárle más importancia a los "palcos"?
Le enviamos todo nuestro apoyo y cariño a Sol.