18 abril 2010

PROBLEMAS Y DERECHOS DEL PEATÓN

=Texto Pablo Barco / Imagen Urrutia 0


El pasado 28 de marzo Sevilla se despertó conmocionada por la muerte de dos mujeres en un paso de peatones de nuestra ciudad, un accidente en el que se han mezclado demasiados actos irresponsables que aún deben esclarecerse. Lamentablemente no se trata de un caso aislado. Más del 50 por ciento de los accidentes de tráfico que se producen en nuestro país tienen lugar en las ciudades y más del 80 por ciento de los fallecidos en vías urbanas son motoristas, ciclistas y peatones, los actores más frágiles en la cadena de la movilidad.

Todos los expertos coinciden en tres premisas básicas: el volumen del tráfico en los núcleos urbanos no puede seguir aumentando, los modos de movilidad sostenible, las bicicletas y el transporte público, deben fomentarse, y es necesario que las ciudades vuelvan a ofrecer un mayor protagonismo a los peatones. El Plan Tipo de Seguridad Vial Urbana de la DGT propone jerarquizar las vías de forma que se “defina red de calles básicas para el tráfico” considerando que la ciudad es “un lugar de convivencia y no sólo una red de vías para el desplazamiento de vehículos a motor”, elaborar mapas de “puntos negros” en aquellas calles en que se produzcan más accidentes, y aplicar medidas de calmado del tráfico en el conjunto de la ciudad.

Los límites de velocidad deben cumplirse, se trata de un objetivo complejo en el que todos debemos poner de nuestra parte, la concienciación de los conductores será fundamental pero posiblemente insuficiente, las grandes avenidas deberán contar con mayor número de radares de velocidad, los semáforos deberán asegurar tiempos mínimos en verde que permitan pasar con normalidad a las personas que cuenten con movilidad reducida e incluso en ocasiones será necesario implantar otros elementos reductores de la velocidad como elevaciones de la calzada, desviaciones del eje de la trayectoria, badenes o bandas sonoras entre otros sistemas.

En el interior de los barrios la DGT aconseja incluso disminuir la velocidad aún más, entre los 10 y los 30 kilómetros por hora. El 80% del tráfico de las ciudades discurre por el 20% de las vías o calles, sin embargo no es ahí donde se producen las mayores tasas de accidentalidad, sino, paradójicamente, en el 80% restante, porque, ante la menor circulación, peatones y vehículos bajan la guardia. La solución pasa por crear áreas de pacificación en las que los peatones tengan prioridad sobre los vehículos que no deberán usar el interior de los barrios como zonas de tránsito permanente.

En este sentido se enmarca la creación de zonas específicas para peatones, la ampliación de las aceras y las limitaciones al tráfico en determinadas zonas. La restricción al tráfico provocada por la peatonalización de un tramo de la calle San Jacinto ha logrado, por ejemplo, disminuir y calmar el tráfico de manera considerable en el interior de Triana. Por otra parte la creación del eje peatonal San Fernando-Constitución-Plaza Nueva ha favorecido un descenso de los accidentes en el ámbito urbano y una disminución considerable de los índices de contaminación atmosférica, un fenómeno bastante desconocido por la opinión pública que provoca un importante número de muertes anuales por las enfermedades que deriva.

El caso del casco histórico de Sevilla es significativo. Aún hoy en día los peatones encuentran grandes problemas de seguridad y accesibilidad en las calles del centro, un asunto especialmente grave en el caso de las personas con movilidad reducida, los ancianos, los menores o las madres y padres que manejan carritos de niños. Durante años el tráfico se ha priorizado frente a los derechos básicos de los peatones en calles como Águilas, Zaragoza, Baños, Adriano o Amor de Dios, lugares en los que en demasiadas ocasiones los peatones nos vemos obligados a circular por la calzada sin contar con ningún tipo de prioridad en base a la pérdida de nuestra propia seguridad. Una situación que debe cambiar en breve y que nos ha llevado a apoyar firmemente la restricción del tráfico en el casco histórico de Sevilla propuesta por el Ayuntamiento de nuestra ciudad.

En definitiva se trata de apostar por una movilidad más sostenible en base a la búsqueda de un aumento de la salud física y mental, un incremento de la seguridad vial y la consecución de un derecho básico, la accesibilidad universal.

Este artículo fue publicado en La Razón edición impresa el 12/04/10