26 marzo 2011

JUGAR EN LAS CALLES DE LA CIUDAD Y HACER TONTERIAS

 Texto e Imagen Concepcion Martin Brenes 


El pasado martes en el Velo-City tuvimos la oportunidad de asistir a la ponencia inagural de un hombre de reconocido prestigio y de una gran valía por lo que representa en el mundo de la infancia y por su compromiso con las/os niñas/os y con la defensa de sus derechos, como es Francesco Tonucci

Tonucci, también conocido como "Frato", es un pensador, psicopedagogo y dibujante italiano que se graduó en Pedagogía en 1963, en la Universidad de Milán. Investigador del Instituto de Psicología del Consejo Nacional de Investigación de Roma, ha dedicado su actividad profesional al estudio del pensamiento y del comportamiento infantil en el ámbito de la infancia, la escuela y la ciudad, siempre mirándolo “con ojos de niño”, para dar voz a las/os niñas/os que normalmente callan, para denunciar en su nombre los errores que las/os adultas/os cometemos para con ellas/os. Por su vocación por la infancia se ha hecho merecedor del título de “niñólogo”.

Su estancia en Sevilla, como no podía ser de otra manera, ha coincidido con “La Semana de la Infancia”, una iniciativa del Ayuntamiento de Sevilla, donde se realizan en las calles y plazas de los Distritos de nuestra ciudad distintas actividades para el disfrute y la diversión de las/os más peques, como son juegos de ingenio, arte urbano, teatro, etc. 

Su conferencia que llevaba por título “La bicicleta es más democracia” tuvo lugar en el paraninfo de la Universidad de Sevilla, y allí estábamos nosotros, ilusionados por conocerle. Habíamos leído sobre él pero era la primera vez que lo íbamos a ver en persona. Cuando estamos esperando en la antesala conocimos a una mujer que estaba muy emocionada porque llevaba más de veinte años siguiendo su trabajo y era la primera vez que lo iba a oir en persona, y que con un poco de suerte, iba a poder conversar, aunque fuera unos segundos con él. Apareció con una mujer más o menos de su misma edad, también con el cabello canoso, que imaginamos era su esposa y ambos se pusieron a charlar con los responsables de la organización. 

Parecía un hombre serio, pensativo, con cara de pocos amigos, pero la verdad es que luego, cuando entró en la sala y comenzó su intervención, nos demostró que nada tenía que ver con lo que habíamos imaginado, y con su sencillez, naturalidad y sentido del humor nos cautivó a todas/os las/os presentes.

Frato comenzó su intervención diciendo, en un español excelente, “yo no soy un experto en bicicletas, soy un experto en niños y el la movilidad autónoma de los niños”. Y continuó, “¿porqué decir que la bicicleta es más democrática que el coche?” esta no es una frase de él sino de un niño del Consejo de Niños de Granollers (Cataluña), que tuvo la oportunidad de conocer cuando visitó esa ciudad. En una de las conversaciones, que se dio entre ambos, Tonucci le preguntó al niño que porque la bicicleta era más democrática, a lo que el niño, con esa expontaneidad que les caracteriza, le contestó “porque la bici cuesta menos y todo el mundo puede tener una, porque no contamina y porque todo el mundo puede llevarla sin permiso de conducir”. 

Tonucci es consciente de que en las sociedades actuales, por el modelo de ciudad que hemos creado, se está produciendo un derrumbe de la movilidad autónoma de las/os niñas/os. Cuando él era pequeño todos los miembros de su familia se movían en bici y él, incluso ya de adulto, “nunca ha tenido un coche, es más, no lo necesita”, afirma.

Considera que la movilidad de las/os adultas/os ha explotado y la de las/os niñas/os se ha derrumbado ya que un niño no puede salir de su casa solo, normalmente lo hace acompañado y en coche, “las/os niñas/os no pueden salir a la calle porque los padres hacen las calles peligrosas”, asegura.

Otro fenómeno que le preocupa es que está aumentando la autonomía de comunicación (ahora hay radio, televisión, periódicos, internet....), antes no había información del mundo, pero ahora las/os niñas/os pueden conocer el mundo a través de internet pero no pueden salir de casa solos, por lo que esto crea un choque. ¿cual es el resultado de todo esto? Para Tonucci esto está provocando un daño irreparable en la salud y en la ciudad, y afecta especialmente a las/os niñas/os porque su desarrollo es menor, ya que no pueden jugar, y es el juego el que pone los cimientos para construir nuestra persona. Tonucci considera, por tanto, que una ciudad que no permite jugar a las/os niñas/os no es una ciudad democrática., “las/os niñas/os tienen que salir a jugar y hacer tonterías.......”.

Para él, si las/os niñas/os no pueden vivir experiencias de riesgo esto hay que trasladarlos más tarde y explota en la adolescencia porque no tienen autonomía y libertad. Esto provoca daños graves en la ciudad porque una ciudad sin niños es peor, y continua diciendo, “los niños son un elemento de moderación de la ciudad porque obligan a los adultos a portarse mejor”.

Tonucci nos hace dos propuestas para las ciudades:
  • A la escuela vamos solos, para así devolver a las/os niñas/os la autonomía.
  • La bicicleta un mito, hay que abrir en las escuelas primarias y secundarias un taller de bicicletas para que las/os niñas/os aprendan a cuidar su bici, a arreglarla para crear un amor por la escuela y por la bici. Esta experiencia se está desarrollando en Argentina e Italia.
Una de los libros más famosos de Francesco es “la Ciudad de los niños” donde reivindica la necesidad de jugar, porque “Cuando los niños dicen ¡basta!”, en la ciudad que el sueña, las plazas son espacios públicos para el juego, con pelotas, abuelas/os, risas, llantos, miradas… gritos y silencio, … pero sin coches.

Este libro sobre "La Ciudad de los Niños" es un proyecto internacional promovido por el Istituto di Scienze e Tecnologie della Cognizione (Instituto de Ciencias y Tecnologías del conocimiento) del Consejo Nacional de Investigación Italiano, que realizó Tonucci en distintas ciudades. Con él, pretende criticar a la forma en el que las ciudades están estructuradas; por lo tanto aconseja que la ciudades sean creadas pensando en las/os niñas/os, en cierta medida "protegidos" por el resto de la población, donde pasemos del adulto varón, activo y automovilista al niño.

Finalizó con una frase que me ha gustado mucho de su libro “solo cuando los niños puedan ir solos a la escuela y salir a la calle a jugar con sus amigos en los espacios públicos, también entonces los abuelos, las personas con discapacidad y los ciudadanos en general podrán vivir de nuevo la experiencia del pase y del encuentro. Esto nos conducirá a todos a grandes conquistas”.